La lucha de las jugadoras de USA por la igualdad salarial en el fútbol, un viaje de desafíos, victorias y cambios significativos.
El Comiezo del Equal Play, Equal Pay
El mundo del deporte profesional ha sido testigo de numerosas batallas por la igualdad, pero pocas tan resonantes como la emprendida por las jugadoras de la selección femenina de fútbol de los Estados Unidos. Esta historia comienza en 2016, cuando Megan Rapinoe, Alex Morgan, Christen Press y otras 25 jugadoras presentaron una queja ante la Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo (EEOC). Su argumento era contundente: si hubieran sido remuneradas bajo el contrato ofrecido al equipo masculino, sus ingresos habrían sido sustancialmente mayores.
¿Por qué sucedió la protesta de Equal Play, Equal Pay?
A diferencia de su contraparte masculina que no logró clasificar para el Mundial de 2018, el equipo femenino había alcanzado un éxito notable, incluyendo la conquista de su cuarto título mundial en 2019. Este triunfo no solo fue deportivo, sino también un grito de batalla por la igualdad, resonando en los estadios de Francia con cánticos de «Equal Pay».
El Falló de la demanda de Equal Play, Equal Pay
Sin embargo, el camino no fue fácil. En 2020, un juez de distrito falló en contra de las jugadoras, argumentando que habían acordado una estructura salarial diferente a la del equipo masculino y que, de hecho, habían ganado más dinero en total. Este revés judicial no disminuyó la presión pública y política sobre la Federación de Fútbol de EE. UU. (U.S. Soccer). La federación enfrentó críticas y la pérdida de patrocinadores después de alegar en documentos legales que las jugadoras tenían menos habilidades y trabajaban en empleos menos exigentes que los hombres. Estas declaraciones llevaron a la renuncia y disculpa del entonces presidente de U.S. Soccer, Carlos Cordeiro.
Lo que cambió el Equal Play, Equal Pay
La situación comenzó a cambiar cuando el presidente Biden expresó públicamente su apoyo a las jugadoras después del fallo del juez en 2020, amenazando con recortar la financiación para el Mundial Masculino de 2026. Además, la EEOC se pronunció a favor de las jugadoras en su apelación. Cindy Parlow Cone, presidenta de U.S. Soccer y ex jugadora del equipo nacional, reconoció los errores pasados y expresó su orgullo por el momento de cambio.
¿Cuál era el problema del Equal Play, Equal Pay?
El núcleo del problema radicaba en la estructura de compensación. Mientras que el equipo masculino recibía pagos basados en el rendimiento, muchas jugadoras tenían un salario base con bonificaciones menores. U.S. Soccer afirmó haber ofrecido a las mujeres la misma estructura contractual que a los hombres, pero las jugadoras argumentaron que nunca se les ofrecieron las mismas cantidades monetarias.
Más Allá del Fútbol: Problemas en la NWSL
Paralelamente, U.S. Soccer se enfrentó a una crisis en la Liga Nacional de Fútbol Femenino (NWSL) por acusaciones de abuso por parte de entrenadores. La federación encargó a la exfiscal general interina Sally Yates investigar tras la renuncia o despido de cinco entrenadores masculinos por acusaciones de mala conducta.
Vinculación con la Discriminación de Género
Rapinoe vinculó estrechamente el maltrato de las jugadoras con la discriminación de género alegada en su demanda. «No hay justicia a menos que esto nunca vuelva a suceder», afirmó, destacando que es solo el primer paso en un sistema plagado de misoginia, irrespeto, sexismo, desigualdad y discriminación.
Hacia un Futuro de Igualdad Salarial
En un giro significativo, U.S. Soccer acordó pagar por igual a jugadores y jugadoras en el futuro, incluyendo la igualación de pagos en la Copa del Mundo. Rapinoe enfatizó su esperanza de que esto impulse a la FIFA a cerrar las brechas de inversión entre los juegos masculinos y femeninos.
Equal Play, Equal Pay, el movimiento de un cambio
Rapinoe, con su característica determinación, envió un mensaje claro a la FIFA: «¿Sabes qué? Ustedes son los siguientes». Este caso no solo representa una victoria para el equipo femenino de EE. UU., sino también un faro de esperanza para la igualdad de género en el deporte a nivel mundial.